La Planta de Biodiésel de Caparroso, estaba diseñada para producir 35.000 Tm/año, equivalente a 40 millones de litros de biodiesel, y 3.100 Tm/año de glicerina.

En 2005, la Planta de Biocombustibles de Caparroso inició su producción comercial para la fabricación de biodiesel a partir de aceites vegetales crudos y refinados de primera utilización como: aceite de soja, colza, palma y girasol. Estaba diseñada para producir 35.000 Tm/año, equivalente a 40 millones de litros de biodiesel, y 3.100 Tm/año de glicerina.

Dos años después, en 2007, se produjo una entrada masiva de biodiesel proveniente de Argentina e Indonesia a unos precios con los que la industria Española no podía competir. Por esta razón, la Planta de Caparroso paralizó su línea de producción de biodiesel e intensificó su producción de glicerina a unas 3.500 Tm/año para uso farmacéutico, cosmético y alimenticio.

Sin embargo, esta modificación no fue suficiente y, a mediados de 2013, la planta anunció su cierre definitivo.

6 años después del cierre de la planta una sociedad adquirió la planta de biodiesel. Previo al inicio de la producción se realizaron trabajos de acondicionamiento para adecuarla a la nueva actividad a desempeñar.

Actualmente, la Planta de Caparroso tiene dos líneas de producción: una de glicerina vegetal y otra de elaboración de materia prima a partir de aceites de residuos que necesitan las refinerías para generar biocarburantes con aceite vegetal hidrogenado (HVO – Hydrotreated Vegetable Oil).

El HVO es un biocombustible de segunda generación, que se obtiene de materia prima sostenible: aceites de residuos y oleínas vegetales. La combinación de este combustible junto con gasóleo da lugar a la producción del diésel azul, una nueva generación de diésel notablemente menos tóxico y contaminante.

EL hecho de que actualmente las refinerías puedan usar biocombustibles a partir de residuos para fabricar sus biocarburantes, hace que las plantas de esta tecnología tengan una nueva oportunidad en el sector.